la espera de que se confirme el futuro de Zidane, el club blanco afronta un verano decisivo para su futuro a corto, medio y largo plazo.

El primer año a cero desde Manuel Pellegrini (2009-10) ha abierto un periodo de seria reflexión en el Real Madrid. Era algo previsto independientemente del desenlace de una temporada en la que se llegó a mayo optando al doblete Liga-Champions, pero la ausencia de títulos obliga a meter la tijera y reconstruir el proyecto.

La derrota en semifinales de la Supercopa de España a manos del Athletic, prácticamente seguida de la caída en primera ronda de Copa ante el Alcoyano, un Segunda B, puso el aprobado del curso muy lejos. Sobre todo porque en Liga el Atlético se había escapado, mientras que soñar con la Champions, más aún después de bordear la eliminación en la fase de grupos, se entendía de lunáticos.

A la espera de que se confirme el futuro de Zidane, el club blanco afronta un verano decisivo para su futuro a corto, medio y largo plazo.

El primer año a cero desde Manuel Pellegrini (2009-10) ha abierto un periodo de seria reflexión en el Real Madrid. Era algo previsto independientemente del desenlace de una temporada en la que se llegó a mayo optando al doblete Liga-Champions, pero la ausencia de títulos obliga a meter la tijera y reconstruir el proyecto.

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La derrota en semifinales de la Supercopa de España a manos del Athletic, prácticamente seguida de la caída en primera ronda de Copa ante el Alcoyano, un Segunda B, puso el aprobado del curso muy lejos. Sobre todo porque en Liga el Atlético se había escapado, mientras que soñar con la Champions, más aún después de bordear la eliminación en la fase de grupos, se entendía de lunáticos.

Alcoyano Real Madrid Copa del Rey

Sin embargo, la remontada liguera, con 18 jornadas sin perder de febrero al final, y los prometedores cruces contra Atalanta y Liverpool en Europa cambiaron el aire dentro y fuera del vestuario. A la Liga se aspiró hasta el último partido y en la Champions el Chelsea no dio opción en semifinales, aunque la sensación general, especialmente por las constantes e importantes lesiones y contagios de COVID-19, fue que difícilmente podría haber ido mejor y fácilmente podría haber ido peor. Pero, como en el Real Madrid no valen los "pero...", es tiempo ahora para la acción.

El banquillo: Zidane, Allegri, Raú...

Como el Real Madrid no quiere empezar la nueva casa por el tejado, hay que mirar al entrenador. Como ha venido contando Goal, se espera que Zidane no siga y que su sutituto sea el italiano Massimiliano Allegri, que también ha hablado con la Juventus y que parte con ventaja respecto a otros candidatos como Raúl, el favorito de la afición, o Löw. De esta pieza depende el resto del puzle...

La dirección deportiva

Otro asunto a tratar es el de alguna aparición en la dirección deportiva. Hay un nombre apuntado en mayúsculas, el de Luis Campos, arquitecto del Mónaco de Mbappé que se plantó en semifinales de la Champions en 2017 o del Lille que ha destronado en la 2020-21 al PSG en la Ligue 1. El portugués, uno de los actores más respetados del universo fútbol, salió de Les Dogues meses atrás y desde entonces ha recibido varias propuestas.

El especialista ha descartado ya algunas de ellas, con calma por si finalmente pasa el tren del Real Madrid, en el que ya viajó en la época de Mourinho. Su relación con la planta noble de la entidad es magnífica y, de hecho, ha sido habitual en la última década que asesorase a José Ángel Sánchez, director general, e incluso a Florentino Pérez.

Las renovaciones: Ramos, Lucas Vázquez, Varane...

Otro capítulo relevante es el de las renovaciones, con varios futbolista de galones en el alambre. Las situaciones más críticas son las del capitán, Sergio Ramos, por el que el club no se mueve de su oferta de una única temporada con un 10% de rebaja salarial, y Lucas Vázquez, al que según 'AS' se le mejoró la propuesta y estaría más cerca de firmar. Ambos terminan el 30 de junio, como terminaba Modric, que amplió su vinculación hasta 2022 reduciendo sus emolumentos y en total sintonía con la directiva.

El tema se mantiene delicado de cara a 2022. Es cuando queda libre otro puñado de jugadores. Por Varane, que huele a Premier, el Madrid espera ingresar, quizá demasiado optimista, unos 70 millones. Nacho, en algunos tramos de la 2020-21 irrelevante, se afianzó por las bajas y su rendimiento desde febrero y apunta a renovación. "Lo que ocurra con Ramos influye en mi decisión", avisó en abril. Y, a partir de aquí, dos carpetas delicadas, las de Marcelo e Isco, dos leyendas de la generación de las cuatro de cinco Champions. El carioca sabe que Miguel Gutiérrez le ha pasado por la derecha, pero aun así no es tan proclive a despedirse como Isco, que ya intentó salir en enero. Sus elevadas fichas complican que caiga algo por sus marchas en el Bernabéu, donde se temen que les toque pagar parte de las mismas para rescindirles.

Los cedidos: Ceballos, Kubo, Reinier, Odegaard...

El Real Madrid tiene mucho trabajo con los cedidos. A Bale, que de acuerdo a lo publicado por varios medios medita retirarse después de la Eurocopa, le resta un año de contrato y el club tratará de no abonárselo entero en su misión de desprenderse de él. De la Premier regresan también Ceballos, que no se lleva con Zidane pero con otro técnica podría recuperar alguna esperanza, y Odegaard, un poco lo mismo que el andaluz pero con más confianza en él desde los despachos.

Para Jovic, que se ha quedado a medias en su medio curso en 'su' Eintracht, se buscará una salida para hacer caja. También podría ser el final de Vallejo como madridista, lo mismo que para un Mayoral al que la Roma incorporará en propiedad si abona los 15 millones (pasan a 20 en 2022) de la opción de compra de la cesión.