Decía Dani Parejo en su despedida del Valencia que no sabía (porque no se los habían dicho) los motivos por los que el club había decidido prescindir de él. De hecho, no es fácil entender el movimiento que ha permitido que el Valencia se haya desprendido de dos mediocentros titulares se hayan ido al club vecino que está construyendo un proyecto de Champions. No es fácil encontrar razones. Por eso, han surgido diversos movimientos de protesta que han convertido las velas en el monumento a la afición en el símbolo de una disidencia cada vez más numerosa. Si se unen algunas declaraciones de Anil Murthy -en Singapur- los análisis de otros medios sufragados por el club -la publicación en inglés Batzine en Singapur- y las informaciones que, con cuentagotas, salen desde el club, se puede intentar trazar la hoja de ruta de Peter Lim para el Valencia.

Austeridad por encima de todo

Murthy aventura que la contracción de la economía mundial por el covid-19 va a dejarse notar también en un sector cuyas fuentes de ingresos vienen -directa o indirectamente- por el marketing y la publicidad. "Vamos a tener una temporada complicada debido al Covid-19, así que debemos ser responsables y controlar los costos de manera estricta. ¿De qué sirve un club en quiebra?", decía en The Straits Times. El Valencia aplicó un ERTE a sus trabajadores y a su plantilla deportiva y en el mes de junio, algunos jugadores han cobrado la segunda parte de la ficha con pagarés.

Peter Lim no va a gastar más dinero en el Valencia. La crisis mundial provocada por el covid-19 ha sido el empujón definitivo para convencerse de que ahora no es momento de invertir en el club de fútbol. Desde Singapur los mensajes que llegan apuntan aun presupuesto modesto (se reducirá unos 60 millones, un 30% sin Champions) y el recorte llega por lo que más cuesta: el salario de la plantilla deportiva. Así se podría explicar, de un modo racional, por qué se ha prescindido de Parejo y Coquelin. Pero no solo hay una cuestión económica.

Economía de guerra, equipo de trincheras

Recientemente, el exdirector de Comunicación del Valencia -Damià Vidagany-, ahora con una empresa privada vinculada al fútbol reveló que Jorge Mendes había sugerido a Peter Lim que recuperara a Mateu Alemany para la gestión deportiva del club. El empresario singapurense, sin embargo, no está por labor. De hecho, considera que Alemany puso en un riesgo muy alto la economía del club al elevar el coste de plantilla conforme aumentaban los ingresos por la Champions. La filosofía del ejecutivo mallorquín ("hay que reinvertir en el equipo para que continúe en la Champions") no gusta por arriesgada. Este año se dejan de ingresar los 60 millones (redondeando) de la máxima competición europea. A ellos hay que unir los 15-20 millones que desaparecen al no haber ingresos por abonados y taquillas. La consecuencia, es hacer un equipo de bajo coste.

Limpiar el vestuario

Es la más evidente, aunque no la quiera reconocer el presidente. La temporada pasada los jugadores se rebelaron en diversas ocasiones (crisis de Alemany, salida de Marcelino, cambio de cuerpo médico, despido de Camarasa...) y Murthy ha decidido cargarse a los cabecillas independientemente de su rendimiento en el campo. Garay, Parejo y Coquelin. Resulta llamativo que la publicación Batzine hable de una salida de hasta 12 jugadores "para equilibrar las cuentas". Pero lo que se busca también es 'airear' un vestuario de jugadores con experiencia que llamaban a las cosas por su nombre y no permitían ciertas decisiones como las de despedir a Camarasa o cambiar toda la estructura médica. Frenaron ambas durante la temporada, pero el club ha terminado ejecutándolas ahora. "El Valencia haría bien en renovarse con nuevos líderes que encarnen los valores del equipo y mantengan unido al equipo", premonizaban a finales de julio desde 13.000 kilómetros de distancia.

Jugadores jóvenes

¿Y quiénes son esos nuevos líderes? Los jugadores jóvenes que han salido de la cantera. El club quiere Gayá -tiene galones desde hace tiempo- y Carlos Soler abanderen ahora al equipo. Ferran Torres habría entrado por derecho propio en este grupo pero tenía decidido salir del equipo desde hace meses. El club confía en que haya una renovación de talento con jugadores como Kang In Lee, Guillamón -sobre el que ha habido muchas dudas hasta que renovó y otros más jóvenes como Esquerdo, Adrián Guerrero o Yunus Musah.

Movimientos sociales de protesta

De momento, preocupan relativamente. El hastío de los aficionados por las últimas decisiones deportivas (inexplicables e inexplicadas) ha terminado por explotar en plataformas de protesta porque llueve sobre mojado desde el despido de Marcelino. Lim tiene en Valencia a Anil Murthy, un ejecutivo perfecto para ejecutar su plan sin discutirlo ni ponerlo en duda. Entiende que es un empleado -muy bien pagado- que debe hacer cumplir las decisiones del accionista mayoritario. Lim tiene el 82% del capital social. Parece que se ha cansado del equipo de fútbol, pero no es un buen momento para vender.